Nosotros que participamos de tres formas de recibir y hacer cultura, por lo menos hasta ahora, nos sentimos conformes y gratos. La primera forma a través de la fuente oral. Cuando nos movemos en el mundo rural, nuestras comunicaciones son de manera oral. Fundamentalmente, el quechuahablante, nos va trasmitiendo su sabiduría mediante su voz. Y nos entendemos magníficamente bien.

Las noticias, los artículos de opinión los leemos en los diarios, en las revistas. Para ratos de solaz y aventura espiritual leemos antología, poemarios o historia en el libro impreso.Su ventaja es que hasta podemos leer en voz alta y si el entusiasmo preside la sesión personal, hasta se puede intentar declamar.

Pero también, por Internet, las páginas digitales van ganando espacio y cobertura, los enlaces favorecen una maraña de información suplementaria y subsidiaria. Las tres formas tienen su momento , sus ventajas y sus pocas desventajas. Sólo que hay que saber usarlas.Un amigo de Argentina, cuando le envíe el poema a Facundo Cabral, me respondió que lo había impreso para disfrutar mejor.
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