martes, 19 de julio de 2011

A Facundo Cabral

Harán astillas de sus huesos,
Su sangre correrá como arroyo
Hasta perderse en la ciénaga
Su voz seguirá subiendo hasta
Unirse al coro dulce de estrellas
Retornando en alas de su ejemplo
Su voz jamás morirá, su voz
Renacerá en todos los corazones,
En su tumba brotará una luz de Paz.



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